“Habrá que restaurar todas estas heridas”, dijo el General de Ejército Raúl Castro Ruz a un grupo de personas en las márgenes del río Toa, sobre uno de los extremos del puente que con cerca de 300 metros unía ambas orillas dando acceso desde Baracoa a la vecina provincia de Holguín.
Al quedar interrumpido el tránsito por esta importante vía de comunicación, se han implementado alternativas para posibilitar el traslado de la población, pues reconstruir el puente es una tarea que requerirá un poco más de tiempo.
Lo principal es que no hemos tenido que lamentar la pérdida de ninguna vida humana, les aseguró el Presidente del Consejo de Defensa Nacional, acompañado por el viceministro de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, general de cuerpo de ejército Ramón Espinosa Martín.
“Estamos felices de tenerlo aquí con nosotros”, aseguró un damnificado, al tiempo que el resto daba vivas a Fidel, a Raúl y a la Revolución cubana.
“Ahora ¡a seguir trabajando!”, los convocó el General de Ejército antes de despedirse, mientras que entre palabras de aliento y reconocimiento por la resistencia demostrada se fotografiaba junto al pueblo.
“¡Ese es Raúl!” “¡Vino a vernos!” Pronto se corrió la voz por la ciudad y el pueblo comenzó a acercarse, a colmar ambos extremos de la calle que bordea el malecón, para saludarlo y ratificar su confianza en la Revolución que nunca los ha abandonado.
“Gracias por su visita”, le gritó alguien desde el pueblo. “No, gracias a ustedes, por su resistencia”, le devolvió el General de Ejército. Y al tiempo que estrechaba manos de vecinos a su paso, se interesaba por conocer sobre las afectaciones que habían sufrido en sus hogares y qué estaban haciendo para comenzar a recuperarlos.
Besó y cargó a niños, se fotografió con ellos, sin dejar de insistirles en la premura de que vuelvan otra vez a las clases para recuperar el tiempo perdido. No importa cuán improvisadas sean las aulas, les decía, lo urgente es que regresen pronto a ellas.
Junto a la población estaba también el artista Alexis Leyva Machado, Kcho, quien ya se encuentra en Baracoa con integrantes de la brigada Marta Machado, para hacer lo de siempre, alegrar un poco al pueblo.
Cuando veo el espíritu de este pueblo me siento tranquilo; después de hablar con ustedes me voy satisfecho porque me han animado con su valor y resistencia, le aseguraba el Presidente cubano a la población, ansiosa por mirarlo de cerca y enviarle deseos de buena salud al Comandante en Jefe y al propio Raúl.
Casi dos kilómetros caminó Raúl bajo el sol abrasador del Oriente cubano… estrechando manos, dando aliento, preguntando, asegurándole al pueblo de Baracoa que no está solo, que todo el país ha querido participar en su recuperación y está ayudando.
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