Una Caracas desbordada de pueblo recibió a Nicolás Maduro en el mismo lugar donde en octubre pasado el líder bolivariano, Hugo Chávez, finalizó su campaña. Ante miles de seguidores, del equipo de gobierno y del exfutbolista argentino, Diego Armando Maradona, Maduro dijo que el imperialismo y la burguesía venezolana creyeron que con la muerte de Chávez, la Revolución Bolivariana se acabaría, pero no es así.
Aseguró que Chávez cambió la historia de Venezuela y de América Latina, y que había inaugurado una época nueva de democracia, inclusión, y participación de las mayorías excluidas. Asimismo, anunció que el Gobierno estaba desmontando un plan de violencia de la derecha.