Un cuadro gigante con la técnica de pincel, de esmerados trazos, sobre un paisaje del campo cubano, dio la bienvenida durante muchos años a quienes visitaban la Empresa de Comercio y Gastronomía de la ciudad de Morón. En la parte inferior una intraducible rúbrica daba el crédito del autor. Cierto día pregunté y me respondieron que un pintor de apellido Lorenzo.
Así comenzó una estrecha relación de trabajo con un empírico profesional de la prensa que daba crédito diariamente a informaciones, reportajes y entrevistas que aparecían publicadas en el periódico provincial Adelante. El nombre de Laynez Lorenzo Pino fue bien conocido en la antigua provincia agramontina.
Sus habituales recorridos por campamentos cañeros, centrales azucareros, fábricas, centros de acopio, granjas agropecuarias, escuelas y por otros muchos lugares, le permitía descubrir hazañas individuales, intercambiar con héroes del trabajo, conocer de nuevos proyectos constructivos e impactar cada día con sus reportes periodísticos.