A diferencia de otros territorios donde se acostumbra a efectuar parrandas, en Tamarindo, zona tabacalera por eminencia y próspera en cultivos varios, la tradición consiste en amenizar las festividades con dos momentos cúspides, casi siempre la noche sabatina donde los bandos rivales presentan respectivamente actos culturales, con las más variadas iniciativas que llenan de emociones a la población.
La rivalidad se mide en parámetros como iniciativas creadoras, variedad de espectáculos, calidad de las actuaciones y colorido en sentido general, aspectos que evalúa un jurado encargado a la postre de emitir su veredicto.
No obstante, el carnaval de Tamarindo cuenta con carrozas, generalmente confeccionadas con elementos de las que desfilaron en las parrandas de Punta alegre, fuegos artificiales, congas que recorren las calles, comidas criollas, bebidas, bailables y otras muchas opciones, como láreas infantiles para el deleite de los más pequeños de la familia.
Según Alberto Álvarez, promotor cultural en esa localidad, los festejos carnavalescos de Tamarindo se vinculan cada año a la jornada por el natalicio del Héroe Nacional José Martí, y cuentan con el respaldo de todos los factores del territorio, adonde confluyen los tamarindenses ausentes y seguidores de otras provincias admiradores de estas genuinas festividades.
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