Fue a mediados de la década de los 80 en el pasado siglo, cuando la ciudad de Morón, al norte de la provincia de Ciego de Ávila, vio consolidada una majestuosa obra, jamás imaginada por los más soñadores de la tierra del Gallo. Se concluía la construcción del Hospital General Docente, que llevaría el nombre del Capitán Roberto Rodríguez, quien fuera Jefe del Pelotón Suicida del Ché.
En su apertura se multiplicaban los comentarios sobre la terminación de aquel gigante de la salud, por entonces con capacidad para 630 camas, numerosas especialidades médicas, laboratorios, salones para las intervenciones quirúrgicas, áreas de cuidados intensivos para niños y adultos, consultas externas, cuerpo de guardia, entre otros servicios.
En la actualidad esta institución de la salud, atiende a pacientes de varios municipios de la provincia, principalmente los de la vertiente norte, y con carácter terminal en la neurocirugía, al atender a toda la población de la provincia de Ciego de Ávila.
Pero el hospital Roberto Rodríguez, es algo más, ya que presta atención en 53 especialidades médicas, además de otros servicios especializados para extranjeros.
Con justificación sus directivos acreditan que la instalación refuerza la prevención comunitaria con el movimiento de sus especialistas. Este hospital está dotado de importante tecnología, y en estos momentos se labora en la terminación constructiva de un laboratorio de biología molecular para ampliar el pesquisaje a través del análisis de PCR, lo que contribuirá al enfrentamiento de la pandemia.
Según aseveró Juan Carlos Villares, director del hospital, el personal de dicho laboratorio recibe preparación en el Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí .
Pero la columna vertebral de este gigantesco hospital, obra de la Revolución, -y nos consta que es así- es la preparación técnica y profesional del personal que labora en sus distintas áreas y departamentos, aunque se reconoce que es posible mejorar mucho más en los servicios a pacientes y familiares, más allá de los problemas objetivos que se interponen en los nobles y humanitarios propósitos de la salud pública cubana.
No hay equivocación al decir que el Hospital General Docente Roberto Rodríguez, de la ciudad de Morón, es una respetable institución de la salud.
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