Llega una haitiana embarazada a costas de Camaguey
. Ya en Cuba tuvo un niño de 6 libras al que le nombró Fidel
Port-de-Paix (Puerto de la Paz), ubicado en la costa
norte de Haití, es la ciudad cabecera de ese departamento. Como sucede en ese
país caribeño, este es un sitio muy desfavorecido, fundado en 1665 por piratas
franceses, quienes resultaron expulsados de la isla La Tortuga por las fuerzas
inglesas.
Sus habitantes sienten
especial orgullo por considerar que esta es la patria chica de François Capois,
uno de los líderes de la
Revolución de esa nación.
Desde allí nos llegó por el
territorio de Esmeralda en el mes de agosto, y sin aviso previo, Kethive Rien
Amme, una chica de 23 años y embarazada. Ella se enfrascó en una aventura muy
peligrosa. Fue una de alrededor de 100 coterráneos que en una embarcación
pusieron proa hacia Bahamas y el mal tiempo empujó a los 90 pasajeros que
sobrevivieron hasta la costa del municipio norteño de Camagüey.
Port-de-Paix, a unos 64 kilómetros al
noroeste de Cabo Haitiano, no escapaba a los embates del cólera, y ella, Kethive,
prefirió correr el riesgo de la fuga, antes que enfrentar la enfermedad en su
estado.
A su llegada a Esmeralda
enseguida recibió los servicios médicos. Llegó con ¡dos gramos de hemoglobina!
y hubo que aplicarle una transfusión de sangre. Ya mejorada la enviaron hacia
el hospital Materno Infantil Ana Betancourt, de la cabecera provincial, hasta
que parió el 1ro. de octubre último un varoncito de seis libras y cuatro onzas,
al que nombró Fidel Yudel.
Fuimos hasta el hospital
Materno y el doctor Miguel Rodríguez Martínez nos comentó que Kethive llegó al
hospital con un síndrome anémico ya mejorado en Esmeralda; aun así presentaba
decaimiento, falta de aire, taquicardia, y abundó: “Se le hizo de todo, la
única barrera era el idioma, entonces nos auxiliamos con el Profesor José
Manuel Rodríguez, que domina muy bien el francés. Ella no sabía bien ni su
tiempo de embarazo, tuvimos que partir de cero, la transfundimos dos veces más
y el parto no tuvo complicaciones”.
La visitamos en “su nueva
casa temporal”, el Hogar Materno 23 de Agosto. Tuvimos la suerte de encontrar
entre las ingresadas a la licenciada Yenilien Leyva. Ella cumplió misión en
Haití, habla muy bien el creole, y nos sirvió de intérprete.
Kethive se mostró muy
comunicativa y por sobre todas las cosas muy agradecida. Al responder el porqué
del nombre de su bebé, nos dijo: “Fidel, en recompensa y gratitud al Comandante
en Jefe Fidel Castro y al pueblo de Cuba, y Yudel porque así se llama el médico
(Dr. Yudel Casal Rivas) que me asistió en el parto”.
Como la mayoría de los
haitianos que a diario vemos y escuchamos por la televisión, Kethive dice que:
“Primero Dios y después los médicos cubanos”. Ella sabe que si no hubiera
pisado tierra cubana su destino habría sido bien diferente. Sin cobrársele un
centavo ha estado en manos de prestigiosos especialistas.
Ya aprendió a escribir en
español, aunque no lo habla. En una pizarra dejó constancia de sus
sentimientos. Allí agradeció a Jesús, porque es católica, a la Cruz Roja, a la Asociación de
Haitianos, a la Revolución
cubana… y está firmado por Kethive y Fidel. Como ya se comunicó con sus
hermanos, son once en total, decidió regresar a su Patria en cuanto esté lista.
Ahora dice: “Quiero trabajar, cuidar de mi hijo y volver a Cuba como una
muestra de mi gratitud”.
La doctora María del Carmen
Figueredo, a cargo de la atención en ese Hogar, nos dio a conocer que Kethive y
Fidelito están muy bien, pues la pediatra, la doctora Yolanda Álvarez, visita a
menudo al bebé y todo está en orden.
La muchacha, que vino de una
zona rural de difícil acceso de 2 176 kilómetros
cuadrados y una población de unos 661 000 habitantes, y donde el agua potable
es un lujo, reconoce a muchos. Menciona a la doctora Clara Guinferrer, primera
en atenderla en Esmeralda, al doctor Juan Carlos González y Anexis Muñoz,
enfermera del mismo municipio; además de a Yudel, al también doctor Miguel
Rodríguez, jefe del grupo que la asistió, ambos especialistas en
Ginecobstetricia, y el segundo mencionado, jefe del servicio de gestantes en el
Hospital Materno.
Al preguntarle a Kethive:
¿Qué pediría para el futuro de su hijo?, respondió: “Sueño con que pueda venir
a Cuba a estudiar Medicina”.
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