La casa donde residen Mariela Ojeda y Raúl Peleteiro a la salida rumbo al Embarcadero, casi en las afueras de la ciudad de Morón, tiene paredes de mampostería, y aunque parecía ser resistente a los embates de un huracán, la furia de los vientos convirtió todo el techo en un picadillo de fibrocemento. En aquellas circunstancias recibieron el apoyo de un vecino, donde se protegieron con su pequeño niño y llevaron algunos equipos y ropas.
En realidad toda la familia pensó que la recuperación del techo de la casa sería una tarea larga y tendida, pero no se sentaron en el banco de la paciencia.
Falla en el microsistema de Camagüey afecta restablecimiento de la
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