Miguel Díaz-Canel Bermúdez, Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros de Cuba, presidió en la Universidad de La Habana, esa casi tricentenaria casa de altos estudios -la más antigua del país- la última de las 39 asambleas a nivel de centros de enseñanza superior, previstas como parte del proceso orgánico del IX Congreso de la Federación Estudiantil Universitaria (FEU).No pudo tener mejor cierre este proceso asambleario y Díaz-Canel Bermúdez elogió merecidamente este debate honesto, combativo, de gran hondura y a la vez de muy alto vuelo, y no por apasionado, menos reflexivo y maduro, que reunió a más de 250 representantes del estudiantado de la Universidad de La Habana.
Una a una fue repasando las más de 30 intervenciones durante la sesión plenaria, meditando acerca de los temas, los planteamientos, propuestas y, sobre todo los acuerdos en los talleres o comisiones que precedieron a esta asamblea y que dieron libre acceso para que todo estudiante interesado pudiera asistir y aportar sus ideas.
De lo escuchado en esa sala llena, el Presidente cubano dijo que enorgullece, alienta, reafirma la invariable confianza en los “pinos nuevos”, y es prueba fehaciente de la vocación de servicio del estudiantado universitario cubano, su patriotismo, entrega y, sobre todo, de su compromiso con la continuidad de la Revolución.
Tenemos la energía, el conocimiento, el impulso y unas ganas tremendas de hacer, afirmó uno de los delegados a la asamblea y, como él, varios opinaron que hay mucho potencial aún por utilizar, más tareas en las cuales el estudiantado puede participar, un mundo que aportar, y la FEU ha de ayudar a canalizar y movilizar tan extraordinaria fuerza.
Se lamentaron de que a veces surgen trabas e incomprensiones que entorpecen la participación en tareas tan hermosas como “Educando por amor”, valiosa contribución desde el estudiantado universitario a paliar el déficit de personal docente en varios niveles y tipos de enseñanza en La Habana y otras provincias.
Y en esto, como en tantas otras cosas, hay que ver más allá, pues no se trata solo de impartir una asignatura, ese universitario que va a una secundaria, un politécnico o un “pre” está ayudando, también, a la formación vocacional y orientación profesional de esos niños y adolescentes, a ensanchar sus horizontes, contagiarles su pasión por la carrera escogida, significó uno de los oradores.
Críticos fueron, ante todo consigo mismos, con los problemas que se repiten de Congreso en Congreso, “porque somos rápidos para identificarlos, pero no tanto para resolverlos”, con los acuerdos que se engavetan, con el funcionamiento de la FEU, en primer lugar, en las brigadas, que son las bases de la organización y de las cuales debe partir cuanto se haga, para en verdad llegar y sumar a toda la membresía.
No faltó en la sesión el agradecimiento a la Revolución por crear y preservar el sistema de becas, pero tampoco la reflexión de que si se quiere que la residencia estudiantil sea un hogar para quienes allí se albergan, no bastan el aseguramiento institucional ni un manejo adecuado de los recursos, la FEU tiene que jugar su papel, los estudiantes saber comportarse y entre todos cerrar el paso a las indisciplinas sociales que tan mal sabor dejan en la comunidad.
Casi todos los que intervinieron, confesaron sentirse nerviosos, pero muy felices por esta oportunidad de hablar y ser escuchados, directamente, por su Presidente, y el joven angoleño Antonio Buta, que cursa la Licenciatura en Geografía, aseguró que es un privilegio ser parte de algo totalmente inusual en el mundo: los estudiantes aportando soluciones, decidiendo qué Universidad quieren, y junto a ellos el gobernante del país, compartiendo ideas y sueños.
Los delegados a la asamblea condenaron por injerencistas y falsas las declaraciones del secretario de Estado de los EE.UU., Mike Pompeo, sobre Cuba y, también, sobre Venezuela y Nicaragua, ante la Asamblea de la Organización de Estados Americanos (OEA), y le exigieron respeto, a la vez que informarse mejor antes de aventurar juicios acerca de la juventud cubana y el sistema educacional de la Isla.
Al General de Ejército Raúl Castro Ruz, primer secretario del Comité Central del Partido, enviaron un saludo desde la que es y será siempre su Universidad, la de Mella, Trejo, José Antonio y Fidel, ese maestro de revolucionarios que, al decir de Raúl Alejandro Palmero, presidente de la FEU, estuvo en la Colina Universitaria, en el corazón de todos los presentes.
Susely Morfa González, primera secretaria de la Unión de Jóvenes Comunistas, enfatizó que no es solo su historia lo que hace grande a la Universidad de La Habana, son sus estudiantes, “ustedes y miles como ustedes, que son el futuro y también el presente, y están dispuestos a defender, al precio que sea necesario, el proyecto socialista elegido libremente por el pueblo de Cuba”.
En el resumen de la sesión plenaria, Mercedes López Acea, miembro del Buró Político y primera secretaria del Comité Provincial del Partido en La Habana, se congratuló por asistir a un debate de tan altos quilates, reflejo de esa sólida formación académica, pero también humanista, integral, que brindan las universidades cubanas y muy especialmente esta, todo un símbolo de cubanía y de lucha.
Con orgullo y satisfacción enumeró las tantas misiones confiadas a la juventud de esta casa de altos estudios y cumplidas con creces, y afirmó que no tendrán que esperar mucho para ver multiplicarse las tareas, en disímiles frentes y todas de importancia estratégica para la construcción de una Cuba mejor, más y más socialista, que equivale a decir más justa, próspera, solidaria, libre y plena.
En la asamblea fueron presentados los 15 representantes de la Universidad de La Habana al IX Congreso de la FEU, para completar así la lista de 400 delegados y 100 invitados a la cita grande de los universitarios cubanos, convocada para julio próximo con una frase por divisa que lo resume todo: “Revolución, una fórmula de vencer, nuestra misión es cumplir”.
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