
Recorrer sus playas de excelente calidad, es a la vez, tener la oportunidad de andar tras las huellas del conocido navegante Ernest Hemingway, pues no es casual encontrar instalaciones, restaurantes, ranchones y muchos lugares identificados con su historia, como Playa Pilar, Villa Cojimar y otros muchos sitios vinculados con este admirador de la pesca y el mar.
Tras recorrer varios kilómetros sobre el primer pedraplén construido en Cuba sobre las olas del mar, no sin antes transitar por Cayo Coco, otro importante enclave hotelero, se accede a Cayo Guillermo, entre manglares, humedales y un largo puente, el segundo más extenso del país.
A corta distancia aparece el primer atractivo, el complejo recreativo Delfinario, uno de los siete que existen en el país (Varadero, Cienfuegos, Santa María, Holguín, Santiago de Cuba y Cayo Guillermo), lugar que acapara la atención de los visitantes, y donde anualmente concurren cerca de 16 000 personas.
Es Cayo Guillermo plataforma de varias instalaciones hoteleras, como Cercotel Club Cayo Guillermo, situado justamente en un área donde las corrientes marinas son propicias para la práctica de deportes náuticos, con la pecualiaridad de contar con servicios para mercado de familia y solo de adultos, una opción que, a decir de Héctor Luís Castañeda, subdirector general de ese hotel, lo distingue de otras instalaciones turísticas.
En la presente temporada alta, Cayo Guillermo muestra una imagen renovada, luego de un importante proceso inversionista que no solo cubrió las afectaciones provocadas por el reciente huracán Irma, sino mucho más abarcadoras al incluir la incorporación de nuevas áreas y cambios renovadores.


Texto y Fotos:
Leonel Iparraguirre González
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