
Hasta el momento, según especialistas del ministerio de Ciencia Tecnología y Medio Ambiente, el daño al entorno se considera mínimo, puesto que se procedió de inmediato a trasvasar parte del petróleo del vagón cisterna descarrilado que quedó a merced de las aguas de la rada yumurina y según estimados, el vertimiento apenas alcanzó los tres metros cúbicos.
Igualmente, llegaron a las aguas de la bahía de Matanzas parte del contenido de otro vagón ferroviario con 60 toneladas de fertilizantes, las que ya han sido retiradas y puestas a buen resguardo, con insignificante daño al nutriente vegetal.
En estos momentos Fuerzas del Ejército Juvenil del Trabajo acometen las labores necesarias para reparar las traviesas de la línea férrea averiadas y de hecho alistar la vía que une la zona industrial con el parque ferroviario de esta ciudad, senda por la que transitan desde fertilizantes y combustibles, hasta mieles y azúcar con destino a la terminal portuaria.
Como es de esperar, las autoridades pertinentes investigan las causas de este descarrilamiento, aunque preliminarmente algunos se inclinan a pensar en que el exceso de humedad y la cercanía de la vía férrea a las aguas de la bahía reblandecieron el paso del ferrocarril.

Fuente: Girón Digital
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