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jueves, 9 de octubre de 2014

La explotación capitalista vivida por el antiterrorista Antonio Guerrero

-Un relato que nos muestra lo que es la explotación capitalista
Mis queridos hermanos AG y Guille: Aquí voy a aclararles, a ustedes y los oyentes, sobre la foto trabajando en un “motor” de la que hablaron en la Luz del domingo pasado, que se incluyó en el recién publicado libro de los jóvenes periodistas Nyliam y Oliver “Los cinco: Retrato de una ausencia”.

Esa foto representa la explotación capitalista. Si, no estoy en nada sobredimensionando el asunto.



Hay mucho de qué hablar sobre esta imagen, pero deja ver si en pocas palabras les explico las razones de mi afirmación.

Primero, la foto fue tomada en el año 1991 o 1992. Se trata de la reparación de un generador de la planta eléctrica de la ciudad de Homestead (se pronuncia más o menos jomsted), que está ubicada al sur de Miami, yendo en dirección a los cayos de la florida.

Específicamente, lo que aparezco reparando es el estator de ese generador. Estoy colocando una de los componentes de su embobinado, un trabajo de una complejidad y magnitud que en buena medida se pueden apreciar en la foto. Las bobinas median casi dos metro y medio de largo.

Ese trabajo lo hacíamos sin interrupción, 24 horas de trabajo partidas en dos turnos de 12 horas, porque tenía una alta prioridad. la compañía privada de reparación de motores más grande de Miami, cuyos dueños eran descendientes de cubanos (como casi todo allí) obtuvo un contrato para hacer esa tarea. Yo había logrado conseguir un empleo en ella no hacía mucho tiempo. Los dueños sabían que había trabajado en la reparación de muchos motores en Panamá. Me dieron la plaza que se pagaba más bajo y me fueron probando sin subirme ni un centavo de mi sueldo, que era el mínimo en aquel entonces para todo el país. Apareció este trabajo y otro cubano, ya viejo en esa compañía, pidió que fuera yo su acompañante. La verdad es que a él no le gustaba trabajar con nadie, pero conmigo se llevaba bien. Solo podíamos hacer el trabajo en dos parejas, trabajando, como dije en dos turnos.

La otra pareja eran dos estadounidenses, trabajadores de una larga trayectoria en aquella compañía, a quienes casi siempre les daban los trabajos más complejos. A ellos dos y al cubano les pagaban un salario de cerca de 20 dólares la hora. El mío no llegaba a los 6 y eso nunca cambio, hiciera el trabajo hiciera.

Me dirán, y porque aceptaste tales condiciones? sencillamente, porque necesitaba el dinero para poder garantizar la mantención de mis hijos, sobre todo la de Gabriel; aparte de mis propios gastos personales, que no eran mucho. Por más que reclame un justo aumento, entre falsas promesas que iban y venían, nunca sucedió. Por más que busque otro trabajo, aludiendo a mi condición de ingeniero civil nunca lo encontré.

Con un título de graduado en la antigua URSS, sin tener dominio del inglés y recién llegado de Cuba, todas las puertas se me cerraban y no tenia quien me diera una mano.

La historia es larga. Ahí la dejo y saquen ustedes sus propias conclusiones.

Un abrazo bien fuerte.

Tony

2 comentarios:

  1. Antonio, su comentario no ha sido borrado. Quizás fue un incorrecto proceder al enviarlo. Le aclaro eso.

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