Al presidir la clausura del VIII Congreso de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac), el jefe de Estado aseguró que estuvo al tanto de las discusiones pese a su apretada agenda de trabajo.
"Está muy bien que todos hayan planteado lo que piensen, aunque yo no esté de acuerdo, pero respeto a los que discrepen, porque soy enemigo absoluto de la unanimidad", afirmó el general de Ejército.
Raúl Castro cuestionó a quienes expresan unanimidad para discrepar luego en los pasillos: "la discrepancia se plantea en las reuniones al precio que sea necesario", reclamó el presidente cubano.
Expresó además su confianza en la recién electa presidencia de la Uneac, y llamó a estudiar los problemas planteados y discutidos con paciencia, de la manera más democrática posible.
El presidente llegó a la clausura del cónclave tras reunirse con el canciller de Francia, Laurent Fabius, primer funcionario galo de su rango que visita Cuba en 30 años.
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