El Pasajero 74 del avión derribado frente a las costas de Barbados

.El embarazo de la esgrimista Nancy Uganda
Crónica de María Elena Pico Ortega
Aquel inolvidable seis de octubre de 1976, el equipo cubano de esgrima regresaba a la patria con la satisfacción de  haber arrasado con todas las preseas de oro puestas en disputa en el Cuarto Campeonato Centroamericano y del Caribe con sede en Venezuela.

Nancy Uganda viajaba en aquel DC-8 de Cubana de Aviación.Entre todos era la que más anciaba el arribo a Cuba. Sentía la emoción que significa escalar a lo más alto del podio de un evento internacional.

Pero también lo deseaba más que los otros porque al llegar compartiría con su esposo el placer de saber que serían padres. Ella estaba embarazada. No lo dijo antes para no verse limitada a participar en aquella esperada competencia.

Ella, una mujer cubana, una esgrimista del equipo nacional que antepuso su condición de deportista a su aspiración de ser madre.

La felicidad de los viajeros inundaba aquella aeronave. La alegría dominaba el interior del avión. Se mezclaban risas, canciones, anécdotas, chistes. Pero de repente se escuchó una fuerte explosión.

Unos pocos segundos fueron suficientes, para que aquellos hombres y mujeres felices sintieran cómo se deshacen los sueños, como se rompen las ilusiones, como se truncan las vidas inocentes...experimentaron el inmenso dolor ante la cercanía del fin.

!Qué precio tan alto tuvieron que pagar por la única culpa de ser cubanos, dignos y campeones, por saber colocar la bandera de su país a una altura  cenital!..Conocieron en toda su magnitud el verdadero alcance de la palabra TERRORISMO.