El fallecimiento de Laura Pollán, líder de las Damas de Blanco, ha vestido de luto a la organización terrorista Alpha 66, una organización que a lo largo de 50 años ha sido protagonista de todo tipo de acción armada y de actos genocidas y terroristas contra el pueblo de Cuba y su Revolución triunfante.
Por
supuesto que Alpha 66 no pudo permanecer en silencio y emitió un mensaje, en el cual califica a Laura Pollán como “una
incansable luchadora que con su perseverancia y abnegación fue capaz de
transmitir una enseñanza de cómo la fuerza de la razón es más poderosa que la
maquinaria represiva de un poder totalitario”.
El
mensaje acota seguidamente que Laura dejó
al desnudo la fragilidad de una tiranía (…) que siente miedo al desafío de
valientes mujeres que no temen a la cárcel…
Finaliza el
“sentimental mensaje” dando gracias a
Laura Pollán por “lo mucho que entregó” a la noble causa por la libertad de
Cuba y reitera el agradecimiento por su “intransigencia aleccionadora” y firma
el texto Ernesto Díaz Rodríguez, secretario general de Alpha 66.
Esa
organización que hoy muestra sus ojos con lágrimas de cocodrilo, ha sido
autora de incontables actos sangrientos
como el
asesinato
de dos pescadores y un miembro del cuerpo de guardafronteras; ataques piratas a embarcaciones e
instalaciones económicas costeras, e incluso, el ametrallamiento de un albergue
de becarios en Tarará, ocurrido exactamente el 19 de mayo de 1963, cuyos
autores no fueron procesados por Estados Unidos, a pesar de reivindicar
públicamente este hecho;
Se suman
también otros actos como planes de atentados contra el Comandante en Jefe,
Fidel Castro, ataques piratas a embarcaciones pesqueras y al hotel Guitart-Cayo
Coco en tres oportunidades en años recientes; amenazas de bombas a
representaciones cubanas en México, Estados Unidos, Ecuador, Brasil, Canadá,
Puerto Rico.
Tan solo
entre 1992 y 1993 seis infiltraciones de grupos terroristas armados en el país,
integrados principalmente por elementos antisociales a los que generalmente han
empujado a una aventura suicida con fines propagandístico, mientras sus
verdaderos y principales cabecillas se ocultan en una granja en las afueras de
la ciudad de Miami, gastando en fiestas el dinero recaudado en tómbolas y maratones.
Algunos consideran que el Alpha-66 está también relacionada con el crimen
organizado, dado el carácter criminal de sus cabecillas principales.
Ahora ante
el fallecimiento de Laura Pollán, tal como informaron especialistas cubanos, sufrió
del virus sincitial respiratorio que le provocó la muerte, a pesar de su constante
atención médica en un hospital de La
Habana.
No hay por
qué alarmarse con este mensaje de Alpha 66, ni tampoco causaría asombro que el
connotado terrorista Luís Posada Carriles extendiera su condolencia, a pesar de
que su corazón permitió colocar una bomba dentro de una nave cubana que provocó la muerte de 73 vidas inocente frente a las costas de Barbados.
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