No
es complicado: negar el cambio climático -dijo el papa- es perverso;
Donald Trump niega el cambio climático; por lo tanto, Trump es perverso.
Facil, ¿no?
Por Guillermo AlvaradoEl papa Francisco envió un mensaje a los participantes en la conferencia internacional sobre cambio climático, que se celebra en la ciudad alemana de Bonn, donde insta a no caer en la perversidad de negar el cambio climático o adoptar posturas como la indiferencia ante los devastadores efectos del calentamiento global.
Oportuno es el mensaje del pontífice que suma su voz a muchas personalidades en todo el mundo sobre la necesidad de consolidar instrumentos, como el Acuerdo de París, para evitar un incremento desmesurado en la temperatura ambiental como resultado de la expulsión indiscriminada a la atmósfera de gases contaminantes.
Mientras sesionan los expertos en Europa, el reconocido intelectual estadounidense Noam Chomsky advirtió que la humanidad está construyendo el asteroide que va a provocar la sexta extinción masiva de la historia, en referencia a aquella catástrofe que borró del planeta a gigantescos animales, como los dinosaurios.
Chomsky participó en la capital mexicana en un foro junto a otros expertos, entre ellos Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Comisión Económica de la ONU para América Latina y el Caribe, y Mario Molina, Premio Nobel de Química 1996, quien fue de los primeros en advertir sobre el adelgazamiento de la capa de ozono.
Las intervenciones giraron en torno al peligro que resulta para nuestra especie que Estados Unidos, uno de los principales contaminadores, esté gobernado por políticos, como Donald Trump, que insisten en que el cambio climático es un mito y que el hombre puede continuar con su desaforado sistema de producción y consumo.
Durante su reciente gira por Asia el jefe de la Casa Blanca reiteró su abandono del Acuerdo de París, considerado por muchos como una de las últimas esperanzas para evitar un desastre planetario.
Durante su intervención, Chomsky también señaló que en la actualidad ya no rige el llamado capitalismo clásico, sino la máxima vil, definida por Adam Smith hace dos siglos, que es la prevalencia de la ganancia exagerada de unos cuantos, por encima del interés del resto de la humanidad.
Lawrence Krauss, director del proyecto Orígenes, de la Universidad Estatal de Arizona, llamó a presionar al gobierno de Estados Unidos para que abandone su política suicida de negar el cambio climático, que ya no es una advertencia ni una posibilidad, sino que se ha convertido en realidad.
El académico recordó que en 2050, dentro de solo 33 años, habrá un total de 200 millones de desplazados por las sequías y otros cambios meteorológicos.
Para esa fecha, además, el aumento del nivel de las aguas del mar habrá sumergido numerosas islas en todo el mundo, incluso en el Caribe.
A propósito de las palabras del papa Francisco y la actitud del presidente de Estados Unidos sobre estos problemas, ¿recuerdan amigos aquella forma de razonamiento creada por Aristóteles denominada silogismo, que se basa en la utilización de dos premisas y una conclusión?
No es complicado: negar el cambio climático -dijo el papa- es perverso; Donald Trump niega el cambio climático; por lo tanto, Trump es perverso. Facil, ¿no?
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