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sábado, 26 de agosto de 2017

MIGRACIÓN EN NUESTRA ISLA: Cuba se extraña

Cubanos en importantes cantidades están volviendo de distante ribera, como diría el poeta matancero.

(Fragmento de un material publicado en el sitio CUBAHORA)

“Me fui para Estados Unidos porque a mi mujer le salió ‘el bombo’, pero tuve demasiado tiempo afuera. Estoy algo cansado y viejo. Así que antes de volverme una carga para mis hijos y ya que se puede, preferí regresar”, confiesa Miguel, de 76 años. No es el único. Dentro de esos 14 000 cubanos citados que eligen el reasentamiento predomina el grupo generacional que supera los 50 años. Tampoco es una decisión desatinada. Aquí se puede vivir holgadamente con las pensiones de retiro que se cobran allá y, por supuesto, acogerse a los beneficios de la atención médica. Nunca es tarde si la dicha es buena, reza un proverbio callejero; y algunos parecen tenerlo claro.



También vuelven otros —menos viejos— porque simplemente no les “cuadró” aquello, no quisieron trabajar o no se adaptaron a sobrellevar actos de discriminación y explotación laboral. No olvidar que muchos, reprimidos por necesidades materiales, se lanzan al vuelo confundidos por los típicos cantos de sirenas, y cuando aterrizan, entienden que la realidad puede ser distinta a lo soñado.

A juzgar por los motivos que los impulsan a optar por el retorno, pudieran “clasificarse” varios tipos de reasentados. Está el que regresa por problemas de salud o de otra índole personal, el derrotado o avergonzado por no haber podido “triunfar” en el primer mundo, el que lo “mata” la nostalgia, el arrepentido por el tiempo que transcurrió separado de la familia y haber estado ausente cuando la niña cumplió los quince o cuando murió el viejo, el que trae una mano delante y otra atrás por haberlo hipotecado todo en el empeño.

Pero igualmente está el que regresa con incuestionable solvencia económica que le facilita adquirir propiedades y otros bienes materiales, e invertir en un negocio. “Viví un año en Italia pero no me acostumbré al clima ni al abuso hacia nosotros los latinos. Trabajé en lo que pude menos en mi profesión de ingeniero, pero pude volver con el capital suficiente para comprar un carrito con el que tirar pasaje”, apunta Leonardo, de 34 años.

Dentro de este último grupo, sin dudas, puede derivarse una “subclasificación” especial de reasentado: el que va-y-viene-y-va. Es aquel que no abandona “del todo” su ciudadanía y patrimonio adquiridos en el país donde ha morado tantos años de su vida. En estos casos, cabría preguntarse entonces, si verdaderamente vienen con la aspiración de reintegrarse “de a lleno” en Cuba.

Unos que vienen, otros que van; es el flujo natural y constante de los seres humanos. Los cubanos no están de espaldas al ejercicio de ese derecho universal. Por X o por Y salen a “conocer mundo” o para materializar anhelos personales de prosperidad. Para unos Cuba es un “nunca-jamás”, para otros es un paraíso. Lo cierto es que allende los mares, no es secreto, “Cuba se extraña”.

ESTADÍSTICAS Saldos Migratorios en Cuba vs Nacimientos
 Entre 1930 y 1950: Más de 35,145 personas
1960: -62 379 personas / 211 000 nacimientos
1961: -67 468 personas/ 232 000 nacimientos
1962: -66 000 personas/ 249 000 nacimientos
Principales éxodos migratorios Camarioca, 18 de septiembre de 1965 a 1971: 268 mil personas Mariel, 15 de abril a 31 de octubre de 1980: 125 mil personas
Crisis de los balseros, 1994: 32 699 personas

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