Es por ello que este fin de semana el poblado de Patria se vio colmado de quioskos y carpas con el expendio de comidas criollas, bebidas y otros comestibles, plataformas con música bailable, mientras los niños tuvieron a su disposición un abanico de opciones con áreas repletas de carruseles, laberintos inflables y otras muchas ofertas, en lo que se le conoce como "los festejos del central Patria".
La instalación no es en estos momentos una montaña de hierros desactivados, ni tampoco naves con paredes cubiertas de telarañas, es por el contrario, una instalación que muestra a un promedio de 2000 visitantes nacionales y extranjeros mensualmente la historia del proceso agroindustrial azucarero y su modernización con la introducción de la mecanización de los cortes de caña.
Los festejos por este 103 aniversario de la fundación del central Patria o Muerte tienen entre sus alicientes el propósito de no dejar morir esta tradición, aunque sería prudente incluir en su agenda una sesión teórica dentro del propio museo, donde los azucareros realicen exposiciones sobre la historia del ingenio.
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