El General de Ejército Raúl Castro, presidente de los Consejos de Estado
y de Ministros de Cuba destacó este viernes que estamos preparados y
en mejores condiciones para revertir las afectaciones que pudieran
presentarse.
Al intervenir en el VII Período Ordinario de Sesiones de la Octava
Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular, Raúl hizo un
recuento del comportamiento de la economía del país durante el primer
semestrre de este año y recalcó que el Producto Interno Bruto creció un
uno por ciento, la mitad de lo que nos habíamos propuesto.
"Este resultado ha estado condicionado por la agudización de
restricciones financieras externas, motivadas por el incumplimiento de
los ingresos por exportaciones, unido a las limitaciones que afrontan
algunos de nuestros principales socios comerciales, debido a la caída de
los precios del petróleo", apuntó.
El máximo dirigente político cubano precisó que en estas circunstancias
adversas el Consejo de Ministros adoptó un conjunto de medidas dirigidas
a enfrentar la situación y garantizar las actividades principales que
aseguran la vitalidad de la economía, minimizando las afectaciones a la
población.
DISCURSO ÍNTEGRO DE RAÚL CASTRO EN LA SESIÓN ORDINARIA DE LA ASAMBLEA NACIONAL
Compañeras y compañeros:
Hemos tenido este año un intenso primer semestre con la realización de
importantes eventos nacionales e internacionales, en primer lugar el
Séptimo Congreso de nuestro Partido que adoptó un conjunto de acuerdos
trascendentales en interés de la actualización del modelo económico y
social cubano.
Desde el pasado lunes han sesionado las diez comisiones permanentes de
la Asamblea Nacional, marco en el cual los diputados han analizado las
cuestiones más relevantes de la vida de la nación.
Nuestro pueblo ha recibido una amplia información sobre estas temáticas y por ello mi intervención será breve.
La reunión del Consejo de Ministros, que efectuamos el 25 de junio
pasado, y el Segundo Pleno del Comité Central del Partido, celebrado
ayer, se concentraron en analizar el informe del comportamiento de la
economía en el primer semestre.
En diciembre del 2015 expliqué que se proyectaban limitaciones
financieras como consecuencia de la disminución de ingresos en nuestras
exportaciones por la caída de los precios en los rubros tradicionales,
así como afectaciones en las relaciones de cooperación mutuamente
ventajosas con varios países, en particular con la República Bolivariana
de Venezuela, sometida a una guerra económica para debilitar el apoyo
popular a su revolución.
En el primer semestre el Producto Interno Bruto creció un uno por
ciento, la mitad de lo que nos habíamos propuesto. Este resultado ha
estado condicionado por la agudización de restricciones financieras
externas, motivadas por el incumplimiento de los ingresos por
exportaciones, unido a las limitaciones que afrontan algunos de nuestros
principales socios comerciales, debido a la caída de los precios del
petróleo.
A lo anterior se añade una determinada contracción en los suministros de
combustible pactados con Venezuela, a pesar de la firme voluntad del
presidente Nicolás Maduro y su gobierno por cumplirlos. Lógicamente ello
ha ocasionado tensiones adicionales en el funcionamiento de la economía
cubana.
Al propio tiempo, en este escenario se ha logrado mantener el
cumplimiento de los compromisos asumidos en los procesos de
reordenamiento de las deudas con acreedores extranjeros.
Debo reconocer que se han presentado algunos atrasos en los pagos
corrientes a los proveedores. En este sentido, deseo agradecer a
nuestras contrapartes por su confianza y comprensión de la situación
transitoria en que nos encontramos y ratificar la firme voluntad del
Gobierno de recuperar los vencimientos pendientes. No renunciaremos al
propósito de continuar restableciendo la credibilidad internacional de
la economía cubana.
Tampoco podemos soslayar los nocivos efectos del bloqueo norteamericano,
que se mantiene vigente. A más de tres meses de los anuncios del
presidente Obama, el 15 de marzo, de que se eliminaría la prohibición a
Cuba para utilizar el dólar en sus transacciones internacionales, lo
cierto es que no se ha logrado todavía efectuar pagos ni depósitos en
efectivo en esa moneda.
En estas circunstancias adversas el Consejo de Ministros adoptó un
conjunto de medidas dirigidas a enfrentar la situación y garantizar las
actividades principales que aseguran la vitalidad de la economía,
minimizando las afectaciones a la población.
Como era de esperar, con el propósito de sembrar el desánimo y la
incertidumbre en la ciudadanía, comienzan a aparecer especulaciones y
augurios de un inminente colapso de nuestra economía con el retorno a la
fase aguda del período especial que enfrentamos a inicios de la década
del 90 del pasado siglo y que supimos superar gracias a la capacidad de
resistencia del pueblo cubano y su confianza ilimitada en Fidel y el
Partido.
No negamos que pueden presentarse afectaciones, incluso mayores que las
actuales, pero estamos preparados y en mejores condiciones que entonces
para revertirlas.
Frente a las dificultades y amenazas no hay espacio para las
improvisaciones y mucho menos para el derrotismo. De una situación
coyuntural como la que enfrentamos se sale victorioso actuando con mucha
energía, ecuanimidad, racionalidad y sensibilidad política, continuar
estrechando la coordinación entre el Partido y el Gobierno y sobre todo
con mucho optimismo y seguridad en el presente y el futuro de la
Revolución.
Es preciso reducir gastos de todo tipo que no sean imprescindibles,
fomentar una cultura del ahorro y de aprovechamiento eficiente de los
recursos disponibles, concentrar las inversiones en las actividades que
generan ingresos por exportaciones, sustituyen importaciones y respaldan
el fortalecimiento de las infraestructuras, asegurando la
sostenibilidad de la generación eléctrica y un mejor uso de los
portadores energéticos. Se trata, en síntesis, de no detener, en lo más
mínimo, los programas que garantizan el desarrollo de la nación.
Al propio tiempo, se preservan los servicios sociales que la Revolución
ha conquistado para nuestro pueblo y se adoptan medidas con el propósito
de elevar paulatinamente su calidad.
En medio de estas dificultades se pusieron en vigor diversas decisiones
dirigidas a incrementar la capacidad adquisitiva del peso cubano, entre
ellas, la disminución de los precios de un conjunto de productos y
artículos de amplia demanda por nuestra población.
Igualmente, a pesar de la prolongada sequía que nos azota, comenzamos a
ver los frutos de otras acciones encaminadas a asegurar un mejor acopio y
distribución de los productos agropecuarios, constatándose mayor
presencia de los mismos en los mercados y una ligera, pero progresiva
reducción de los precios de venta.
Estas medidas, con efectos todavía incipientes, han tenido una favorable
acogida en la población por representar un alivio para las familias
cubanas. Se estudian otras alternativas en correspondencia con las
posibilidades económicas del país.
Por otra parte, se ha garantizado el equilibrio financiero interno
mediante niveles apropiados de oferta en el mercado minorista, al tiempo
que se avanza en la implementación de sistemas salariales vinculados
con el resultado productivo, todo lo cual nos ha permitido evitar
presiones inflacionarias.
En la mañana de hoy, al igual que hace cinco años, la Asamblea Nacional
del Poder Popular, órgano supremo del poder del Estado, acordó respaldar
en su espíritu y letra la actualización, aprobada por el Séptimo
Congreso, de los Lineamientos de la Política Económica y Social del
Partido y la Revolución para el período 2016-2021. Este respaldo de
nuestro Parlamento conlleva la elaboración y aprobación de las normas
jurídicas requeridas para proseguir perfeccionando la base legal e
institucional en interés de las modificaciones económicas del país.
La gran mayoría de los Diputados ya habían participado en las consultas
territoriales sobre este documento que se desarrollaron antes del
Séptimo Congreso, otros lo hicieron también como delegados e invitados
al máximo evento partidista.
Al propio tiempo, el pasado 15 de junio se inició el proceso de debate
democrático por la militancia del Partido y la Unión de Jóvenes
Comunistas, representantes de las organizaciones de masas y amplios
sectores de la sociedad, de los documentos “Conceptualización del modelo
económico y social cubano de desarrollo socialista” y “El plan nacional
de desarrollo económico y social hasta el 2030: Propuesta de visión de
la nación. Ejes y sectores estratégicos”. Hasta el pasado lunes se
habían efectuado más de 7 200 reuniones, con 238 000 participantes, que
han presentado miles de propuestas, todas encaminadas a enriquecerlos y
perfeccionarlos.
Como es conocido, prevemos continuar este debate en los próximos meses,
de modo que el Pleno del Comité Central del Partido, de acuerdo con la
facultad que le otorgó el Séptimo Congreso, apruebe definitivamente
ambos documentos programáticos, incluyendo las modificaciones que
resulten de este proceso.
No es ocioso reafirmar que proseguiremos la actualización de nuestro
modelo económico al ritmo que definamos soberanamente, forjando el
consenso y la unidad de los cubanos en la construcción del socialismo.
La velocidad de los cambios seguirá estando condicionada por nuestra
capacidad de hacer las cosas bien, que no siempre ha sido así. Para ello
es preciso asegurar la preparación previa, la elaboración de los
documentos normativos, la capacitación y dominio de su contenido hasta
el nivel donde se apliquen, el seguimiento y conducción de la
implementación, el control sistemático y la oportuna rectificación ante
eventuales desviaciones.
Una demostración fehaciente de las fuerzas y experiencias de que
disponemos, ha sido el favorable resultado alcanzado en la ejecución del
plan de prevención y enfrentamiento a las enfermedades trasmitidas por
los mosquitos del género aedes.
A partir del trabajo desplegado a lo largo y ancho de la Isla decreció
significativamente el índice de infestación y la trasmisión del dengue;
no se ha diagnosticado este año ningún caso de chikungunya y se han
detectado 23 de Zika, 22 importados y solo uno autóctono, sin evidencia
de su propagación en todo el país.
Considero que es justo reconocer en esta Asamblea la labor acometida por
las autoridades y el personal de la salud pública, el Partido y la UJC,
los organismos del Estado y el Gobierno, las organizaciones de masas y
la población en el cumplimiento de las acciones contenidas en el plan de
acción aprobado para la etapa intensiva.
Especial mención merecen los combatientes de nuestras Fuerzas Armadas
Revolucionarias y el Ministerio del Interior por su decisiva
contribución al éxito alcanzado.
Los resultados obtenidos nos obligan a sostener un conjunto de acciones
para continuar reduciendo las condiciones que favorecen la infestación;
no podemos retroceder, sino consolidar lo logrado en evitación del daño
que estas enfermedades provocan a la salud de nuestro pueblo.
Compañeras y compañeros:
En el informe al Séptimo Congreso del Partido tratamos extensamente temas de política exterior.
El pasado 4 de junio me referí a diversos asuntos de la situación
internacional y regional en mi discurso de la Séptima Cumbre de la
Asociación de Estados del Caribe.
Más recientemente, intervine en la Ceremonia de Firma de los
trascendentales Acuerdos sobre el Cese al Fuego y de Hostilidades
Bilateral y Definitivo, Dejación de Armas y Garantías de Seguridad como
parte del proceso de paz de Colombia.
Todos esos pronunciamientos me permiten no extenderme en estas
cuestiones y solo destacar que en las complejas circunstancias de la
economía nacional no se debilitará, en lo más mínimo, la solidaridad y
compromiso de Cuba con la Revolucion Bolivariana y Chavista, con el
presidente Maduro y su Gobierno y la Unión Cívico Militar del hermano
pueblo venezolano (Aplausos).
Proseguiremos prestando a Venezuela, al máximo de nuestras
posibilidades, la colaboración acordada para contribuir a sostener los
logros alcanzados en los servicios sociales que benefician a su
población.
Los amigos verdaderos se conocen en momentos difíciles y los cubanos
jamás olvidaremos el apoyo de los venezolanos cuando hemos enfrentado
graves dificultades.
Finalmente, compatriotas, nos faltan pocos días para celebrar en Sancti
Spíritus el 63 aniversario del asalto a los cuarteles Moncada y Carlos
Manuel de Céspedes. Corresponderá al Segundo Secretario del Comité
Central del Partido, compañero José Ramón Machado Ventura, pronunciar
las palabras centrales. (Aplausos).
Al conmemorar el día de la Rebeldía Nacional lo haremos con la
convicción de que el pueblo revolucionario cubano nuevamente se crecerá
frente a las dificultades, sin el menor atisbo de derrotismo y plena
confianza en su Revolución.
Muchas gracias (Aplausos).
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