A pocas horas de las elecciones presidenciales en Venezuela, la oposición de derecha enarbola una propaganda de guerra encaminada a desacreditar el proceso bolivariano. Ya no les basta con intentar reflejar en los medios de prensa las supuestas multitudinarias manifestaciones de apoyo a Capriles, acciones violentas inventadas que culminan con represión, especulaciones sobre la salud de Chávez y tantas otras artimañas que ni asombran ni asustan a nadie.
Ahora se encargan también de tergiversar y desconocer los proyectos sociales impulsados por el gobierno revolucionario y lo hacen con el apoyo abierto y desmedido de una élite burguesa a la que solo interesa mantener un dominio económico y/o político ganado tras pisotear al pueblo y con el correspondiente respaldo de lo más reaccionario llegado desde el Norte.
Pero las imágenes han hablado por sí solas. La salud y la alegría de Chávez y su pueblo durante todo el recorrido de la campaña electoral, la unidad demostrada, la tranquilidad y seguridad que han sentido, la confianza en el triunfo, el agradecimiento por lo alcanzado y el compromiso con los retos futuros, son razones suficientes para confiar en el éxito y la transparencia del proceso electoral en Venezuela.
El próximo domingo, muchos desde la distancia acompañaremos a ese pueblo a reafirmar una vez más su camino. Desde ya les deseamos éxitos en su empeño de enaltecer su soberanía, su democracia, su derecho a ser dignos, a decidir sus propios destinos, esparciendo también su solidaridad sin límites por toda Latinoamérica, tal como lo soñaron Martí, Bolívar, Miranda y tantos otros, y muy a pesar de la derecha guerrerista que pretende imponer la fuerza ante la verdad.
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