El
principal pesar de Obama es que la
cumbre concluyó sin que se lograran acuerdos para la firma de una declaración
conjunta de los 31 países participantes.
Por un
lado, las naciones miembros de la Alianza Bolivariana para los
Pueblos de Nuestra América (ALBA) se abstuvieron de rubricar un documento que
no contempla el derecho de Cuba a participar en las reuniones del mecanismo
hemisférico, ni reconoce la soberanía argentina sobre las islas Malvinas.
Con la
negativa de Estados Unidos y Canadá de aceptar la presencia de Cuba, se frustró
desde el principio cualquier tentativa de acuerdos, y el tema de la inclusión de la Isla Caribeña se
situó al centro de la agenda del encuentro que, inesperadamente, cerró sus
puertas a la prensa este sábado.
Evo
Morales, presidente de Bolivia, rompió el silencio tras finalizar la primera
plenaria de mandatarios para criticar la falta de transparencia en los debates
y reveló que los dignatarios latinoamericanos y caribeños confrontaron a
Estados Unidos debido a sus posiciones discriminatorias.
Si hablamos
de integración de América no es posible que un solo país vete a Cuba (su
derecho a asistir a estas cumbres). De qué inclusión podemos hablar si está
excluida Cuba, dijo Morales.
En
similares términos se expresó el canciller venezolano, Nicolás Maduro, quien
afirmó que esta injusticia es razón suficiente para no celebrar más este tipo
de reuniones, inauguradas en 1994, en Miami, Florida, a instancias del entonces
presidente norteamericano William Clinton.
Maduro,
junto a sus homólogos de Argentina, Héctor Timerman, y Uruguay, Luis Almagro,
anticiparon este viernes que no habría declaración al término de la Cumbre debido a la
intransigencia demostrada por Estados Unidos y Canadá con respecto al tema de
la inclusión de Cuba.
Las VI
Cumbre de Las Américas se efectuó, además, con las ausencias notables de los
dignatarios, de Ecuador, Rafael Correa, el nicaragüense Daniel Ortega, y Hugo
Chávez, de Venezuela, este último por motivos de salud.
Al grupo se
sumó el presidente de Haití, Michel Martelly, quien se recupera de una
intervención quirúrgica en su hombro derecho.
Un mensaje
dejó, sin embargo, este sexto encuentro continental de mandatarios: cualquier
intento hemisférico de concertación carece de sentido si un país impone su
agenda particular, desconociendo la voluntad del resto de sus miembros.
En resumen,
a Obama le salieron mal en estas ocasión
todos sus planes, según dicen sus más
allegados, por culpa de una guayabera que le quedó sumamente grande.
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