El fin del Mundo

(Tomado del blog Lisístrata

Alexandra Bonet

Yo lo llamaría "el fin de las comodidades", efectivamente, el mundo está llegando al final, se acaban los recursos, la economía se desploma y los ricos no podrán permanecer tan sonrientes sin el trabajo de los pobres. Es increíble que el ser humano sea un lobo que destroza todo lo que obtiene a cambio de papeles de colores que sacan de Cajas de Ahorro. Es gracioso el nombre de Caja de Ahorro, si parte de tu dinero se lo quedan en intereses.

La ambición acaba con el mundo, puede que los Mayas hayan visto como el planeta tierra es atacado por un meteorito o como los terremotos destrozan edificios y familias, pero no eran conscientes de que el hombre se convertiría en un ser inmortal, claro que sí, los políticos se creen inmortales e incluso creen que todo es infinito, hasta sus fiestas y la cocaína de los fines de semana. Perdona que os desilusione pero el dinero no es infinito e invertir en bolsa se está pasando de moda.

Ya no hablemos de explotar al trabajador, España se irá vaciando, las nuevas mentes huyen de este descontrol, antes poca gente tenía la ilusión o la emergencia de estudiar idiomas por si el desempleo se convertía en un ser indestructible. Estudiantes que no encuentran ni trabajos temporales y aguantan haciendo prácticas sin cobrar con la esperanza de que algún día el teléfono suene y tengan un empleo en la otra punta del mundo. Otros siguen trabajando sin cobrar porque tienen la esperanza de que algún día todo se arreglará, las deudas desaparecerán y sin pagarlas claro, qué contentos estarán los empresarios multimillonarios. ¿Sabéis? No quisiera por nada del mundo ser uno de ellos, el dinero ayuda a ser feliz, pero hay algo inmaterial y abstracto que es fundamental para vivir en paz: la consciencia.

El Fin del Mundo, un mundo de mentiras y ambición, un mundo donde la fe en uno mismo es lo único importante, pues hay muchos que todavía prefieren morir de pie que vivir siempre arrodillados.