.Llegó un día a Turiguanó para trazar grandes obras y fijarse en pequeños detalles.
No tardaron
muchos meses después del triunfo de la Revolución, cuando una tarde, los ganaderos de la Isla
de Turiguanó, extremo norte de Morón, en la central provincia de Ciego de Ávila,
recibieron una grata noticia.
De un jeep
descendió una mujer que era toda delicadeza: No era otra que Celia Sánchez Manduley. Tras
recorrer varios lugares de ese pintoresco lugar, se interesó por la vida de los
ganaderos.
Todos
vivían en humildes casas, dispersas por las pequeñas comunidades de Turiguanó y fue entonces que Celia hizo la
propuesta de construir una nueva
comunidad, sobre una ladera.
La
iniciativa impactó a todos los vecinos: construir unas 50 viviendas tipo holanés, con techo empinado de
zinc, montadas sobre pilotes. Al poco tiempo aquella genial idea se convertía en realidad. En la
actualidad la comunidad lleva el nombre de la heroína de la sierra, por ser
ella la protagonista de ese proyecto.
A la
entrada de la comunidad se alza un sencillo conjunto escultórico que honra la
memoria de aquella ejemplar mujer que
acaba de descender de la sierra, para
unirse a los obreros y campesinos y proyectarse por mejores condiciones de
vida.
Celia
Sánchez Manduley, la muchacha de Media Luna, la organizadora del recibimiento a
los expedicionarios del Granma, la primera mujer en incorporarse al Ejercito
Rebelde. la primera en combatir en la Sierra Maestra, fue aquella de talento
extraordinario que supo apreciar las artes y
hacer patria en grandes obras y
en pequeños detalles.
Fue así que
Celia entró a la eternidad como símbolo purísimo del pueblo cubano en la época
de Fidel.
Este 11 de
enero, se cumplen 32 años del fallecimiento de la heroína de la sierra a quien
también se le conoce como La Flor
más Autóctona de la Revolución Cubana.
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