
Después de la fiesta y la pachanga que los dejó nuevamente muy mal parados a los ojos de la opinión mundial, los inmorales de Miami han tratado de justificar la desvergüenza de celebrar la muerte de Fidel aduciendo que no celebran la muerte de un hombre, sino la de una ideología.
Por lo visto los descerebrados de esa ciudad del sur de la Florida no saben, quizás porque no tienen, que los hombres mueren, pero algunas ideologías son inmortales.