Fue a mediados de la década de los 80 en el pasado siglo, cuando la ciudad de Morón, al norte de la provincia de Ciego de Ávila, vio consolidada una majestuosa obra, jamás imaginada por los más soñadores de la tierra del Gallo. Se concluía la construcción del Hospital General Docente, que llevaría el nombre del Capitán Roberto Rodríguez, quien fuera Jefe del Pelotón Suicida del Ché.
En su apertura se multiplicaban los comentarios sobre la terminación de aquel gigante de la salud, por entonces con capacidad para 630 camas, numerosas especialidades médicas, laboratorios, salones para las intervenciones quirúrgicas, áreas de cuidados intensivos para niños y adultos, consultas externas, cuerpo de guardia, entre otros servicios.