
Este jueves se consumó un paso fundamental para los objetivos golpistas. La mayoría de los senadores brasileños decidió continuar el proceso de juicio político contra la presidenta legítimamente electa de Brasil, Dilma Rousseff, y con ello, separarla “provisionalmente” de su cargo por un período de hasta 180 días, en que el Senado debe decidir, mediante el voto de dos tercios de sus integrantes, la destitución definitiva.