
Señaló que las sanciones estadounidenses provocan daños y carencias en la Mayor isla de las Antillas, obstaculizan el desarrollo socio-económico y su acceso a financiación.
Según estimaciones, los perjuicios del criminal cerco se estiman en más de un billón ciento doce mil millones de dólares, mientras que el deterioro humano resulta incalculable.