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sábado, 22 de mayo de 2021

William Alonso Valdés: salvar vidas donde sea necesario

                                            

Vía ACN

Después de enfrentarse a la cara más fea de la COVID- 19 en países de Europa y América Latina como integrante del Contingente Internacionalista de la Salud Henry Reeve, al médico de Ciego de Ávila, William Alonso Valdés, no le quedan dudas de que protegerse individualmente es la mejor forma de cuidarse a sí mismo y cuidar a los demás.

En primera línea del combate contra el virus SARS CoV-2, en la denominada zona roja desde el mismo 2019, el especialista en Medicina General Integral y máster en enfermedades infecciosas no vacila en vencer sus propios temores y los de su familia para poner sus conocimientos en función de frenar su expansión.



Su memoria guarda frescos aún los momentos vividos en Lombardía, Italia, cuando ese lugar se convirtió en epicentro del virus y allí contribuyó a salvar a personas que quedaron totalmente solas al perder a todos sus allegados, pues vio morir a familias completas a causa del peligroso contagio.

También atesora como algo que le reconforta, la colaboración con las autoridades y médicos lombardos y el esfuerzo conjunto por reducir las tasas de mortalidad, así como el agradecimiento de los pacientes ante la sensibilidad del personal cubano de la salud.

De Italia volvió al municipio de Morón, cuando su provincia transitaba por un agresivo rebrote de la enfermedad, de allí a México y tras varios meses, de vuelta a casa, en su natal Florencia, donde disfruta compartir con su esposa, sus cuatro hijos y sus cuatro nietos.

Hoy, al calor de sus seres queridos, pero siempre con la mochila dispuesta para partir adonde lo necesiten, Alonso Valdés reflexiona que a pesar de las campañas mediáticas para desacreditar la labor altruista de los cubanos, el pueblo de los lugares donde han brindado ayuda los aplaude y reconoce como ángeles.

Los pacientes, dice, aprecian la sensibilidad de los trabajadores de la salud de Cuba y se preguntan cómo somos capaces de dejar a nuestra familia y al país que también sufre las consecuencias del letal virus para ir a ayudar a otros, pero lo hacemos por convicción, porque tenemos una formación humanista y entendemos que la batalla es salvar vidas donde sea necesario.

Entre sus experiencias, recuerda el combate al Ébola, en África, durante seis meses, pues nunca se había enfrentado a una epidemia de esa envergadura, donde morían tantas personas de una forma tan traumática.

Llegué a sentir mucho miedo, confiesa, pero nunca pensé en desistir, por el contrario, sólo pensaba en cómo podía arrebatarle más vidas a la muerte.

La COVID-19 nos va dando una enseñanza: que tenemos que seguir preparándonos porque nos puede sorprender, ya que se conoce muy poco todavía. Cada batalla en su contra va aportando una experiencia nueva. El SARS-CoV-2 sigue cambiando, hay que respetar todos los protocolos y seguir aprendiendo, afirma.

William forma parte de los más de 200 profesionales de la Salud de la provincia de Ciego de Ávila que han integrado las filas de 32 brigadas internacionalistas del “Henry Reeve” en 27 países, en muchos de los cuales, tuvieron que vencer las barreras del idioma para lograr mejor comunicación con los pacientes.

Adonde quiera que llegamos ponemos el nombre de Cuba en alto, asegura, pues no nos vendemos por ningún ofrecimiento, ni vemos a los pacientes como una mercancía, todo lo contrario, somos fieles a la formación que recibimos y nos caracteriza la sensibilidad frente al dolor ajeno.
Cuba coronavirus COVID-19

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