Por Iván Paz Nogueira
Por estos días se cumplen treinta y cuatro años de la primera visita de Fidel Castro a la edificación del Pedraplén Turiguanó Cayo Coco, al norte de la provincia de Ciego de Ávila.
Uno de los constructores de la obra, Nazario Placencia Gutiérrez, rememora la heroicidad del contingente El Vaquerito, que trabajó sin descanso para cumplir la encomienda del Comandante, quien indicó Aquí hay que echar piedras sin mirar para alante.
Fue una proeza la de unir los cayos avileños con tierra firme, destaca el fundador del Partido Comunista de Cuba, quien resalta la constante preocupación de Fidel y el ejemplo personal del Héroe de Cuba Evelio Capote Castillo.
Nos cuenta este hombre, conocedor de los desmanes del capitalismo, que cortó caña de forma manual durante treinta y cinco zafras y luego se dedicó a la esfera de la construcción, donde llegó a ser vanguardia nacional.
Natural de Falla, en el municipio Chambas, Nazario Placencia Gutiérrez, inculcó a sus hijos el amor por la Revolución y hoy, a los 92 años, confiesa que sigue convencido de que el trabajo con eficiencia impulsará la economía del país.
Sus años como integrante del contingente El Vaquerito, dedicado a la construcción del pedraplén Turiguanó Cayo Coco forjaron su espíritu de trabajo y, según refiere, la majestuosa obra ingeniera demostró que nada es imposible cuando se unen voluntad y perseverancia.
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