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martes, 23 de febrero de 2021

24 de Febrero 1895: la continuidad de la Revolución

                                   

Finalizada la Guerra de los Diez Años en 1878, quedaron frustradas las aspiraciones políticas, económicas y sociales del pueblo cubano. El Pacto del Zanjón no resolvió los dos grandes problemas de la Cuba colonial: La abolición de la esclavitud y la independencia. Por tanto, el único camino para lograrlo era reiniciar la lucha armada por la independencia definitiva de España. La tarea organizativa para tan importante contienda estuvo en manos de José Martí. Luego de varios meses de ardua preparación, el estallido se produjo el 24 de febrero de 1895.

 A pesar de toda la labor organizativa que se realizó para provocar el levantamiento simultáneo en varias zonas del país, en el Occidente, si bien se produjeron alzamientos, no tuvieron resultados exitosos, a diferencia de la provincia oriental, lugar en que los alzamientos no pudieron ser sofocados por los colonialistas. Podemos decir que el 24 de febrero fue una realidad palpable gracias a la región oriental.
                                            
En el Manifiesto de Montecristi, documento elaborado por José Martí y Máximo Gómez el 25 de marzo de 1895, un mes después del inicio de la guerra, se expresaba lo siguiente:

“La guerra (…) es el producto disciplinado de la revolución de hombres enteros que en el reposo de la experiencia se han decidido a encarar otra vez los peligros que conocen (…). La guerra, no es contra el español (…) solo arrollará a los que le salgan, imprevisores, al camino.”

El Manifiesto de Montecristi fue un documento del Partido Revolucionario Cubano (PRC) que constituyó el Programa de la Revolución en aquel entonces. Tiene un extraordinario valor por sus proyecciones políticas como programa de lucha y, además, posee un profundo contenido popular y latinoamericano.

El propio mes de mayo trajo para la Revolución y la historia de Cuba un acontecimiento trascendental: la muerte de José Martí el día 19 en Dos Ríos.

 Al conocer Máximo Gómez la desagradable noticia, trata infructuosamente de recobrar el cadáver, pero había caído muy cerca de la línea de fuego enemiga y quedó en poder de los españoles, quienes lo ataron a un caballo y lo condujeron hasta Remanganaguas donde lo entierran en una fosa común sin ataúd. Por orden del Capitán General de la Isla, es exhumado 72 horas después y preparado para su traslado. A partir de ese momento el cadáver del Delegado tuvo tres enterramientos más en diferentes lugares hasta que es transportado en tren hasta el cementerio de Santa Ifigenia en Santiago de Cuba donde se produjo su última inhumación.

La muerte de José Martí constituyó una pérdida irreparable para la lucha anticolonial. Su lugar en ella, tanto en lo referido a su espíritu organizativo como en lo que respecta a la solidez y homogeneidad de sus concepciones ideológicas, no sería llenado ni en la revolución de 1895 ni en las cinco primeras décadas del siglo entrante. Ante la trágica pérdida Gómez expresó:

“¡Qué guerra esta! Pensaba yo por la noche, que al lado de un instante de ligero placer, aparece otro de amarguísimo dolor. Ya nos falta el mejor de los compañeros y el alma podemos decir del levantamiento”.

Un hecho trascendental durante la Campaña fue la fundación del periódico El Cubano Libre, idea de Céspedes, retomada ahora por Maceo, con el objetivo de publicar los acontecimientos más significativos de la guerra.

Poco a poco, pero sin tregua, el campo oriental fue dominado por los mambises.

Ya en agosto de 1895 estaban en pie de lucha tres provincias que representaban más del 70% del territorio nacional, se imponía la creación del Estado Nacional en la manigua. Fue entonces que se produjo la celebración de la Asamblea de Jimaguayú en septiembre de 1895. Dicha reunión tuvo como objetivos fundamentales los siguientes:

-    Reorganizar el movimiento revolucionario
-    Aprobar una nueva constitución

El 10 de diciembre de 1898 se firmó el Tratado de París, acuerdo de paz entre España y Estados Unidos, donde tampoco se contó con la participación de los cubanos. Finalizaba de esa forma la Guerra Hispano-Cubano-Norteamericana. Todo esto trajo como consecuencia que el 1ro de enero de 1899 se produjera la ocupación militar norteamericana en Cuba.


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