Alan Gross, al parecer, recibió la noticia de la investigación de la AP que lo vincula directamente con una red de subversión interna que llevó a cabo la USAID. El contratista, al ver que está totalmente abandonado por esa agencia y el gobierno americano, decidió lanzarse a una huelga de hambre, según confirmó su abogado.
En la concreta, se sabe que la USAID estaba vinculada a un entramado secreto de subversión contra Cuba, muy bien respaldado por el presupuesto de Estados Unidos.
Esta maniobra de Gross intenta sensibilizar a la Casa Blanca, a Obama en lo personal, para que salga de lo que llamó el punto muerto en el diálogo por su liberación.
Gross lleva varios años detenido en Cuba por participar con la USAID en un proyecto encubierto que, según la investigación de la AP, tenía más recursos que toda ETECSA, la empresa telefónica de Cuba.
Esperemos que Obama entienda que es muy fácil firmar la libertad de los 3 antiterroristas cubanos que quedan encarcelados en Estados Unidos, y recibir a Gross en la Casa Blanca.
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