Nancy Madrigal, consejera cubana ante los organismos internacionales en esa urbe suiza, se refirió en particular al hecho de que Washington legalizara en su territorio el robo de la marca Havana Club.
Igualmente rechazó la decisión en ese sentido, adoptada el pasado 14 de mayo por la Corte Suprema de EE.UU., de negar a la empresa Cubaexport la defensa de la propiedad de esa marca
.
Madrigal recordó que desde febrero de 2002 la OSD dictaminó la incompatibilidad de la aplicación de la Sección 211 de la Ley Ómnibus de Asignaciones de 1998, con el Acuerdo sobre los Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual relacionados con el Comercio y con el Convenio de París para la Protección de la Propiedad Industrial
Adoptada el 21 de octubre de 1998, esa Sección para el año 1999, incluyó de forma subrepticia y con el desconocimiento de la mayoría de los legisladores esta norma que impide a titulares de la Isla y sucesores, en interés de nacionales cubanos, que puedan contar con el reconocimiento y disfrute en territorio estadounidense de sus derechos sobre marcas o nombres comerciales.
Esa aberración jurídica constituyó el argumento legal en virtud del cual los órganos judiciales y administrativos estadounidenses han negado desde entonces la renovación en el país del registro de la marca Havana Club.
Denunció Madrigal que la decisión de la Corte Suprema estadounidense responde a los intereses del grupúsculo de la mafia anticubana de Miami y sus aliados dentro del Congreso, quienes reciben a su vez -aseveró- cuantiosas contribuciones financieras de la compañía Bacardí, a cambio de mantener intacta la normativa.
Añadió Madrigal en su alegato en Ginebra, que desde 1995, Cubaexport, de conjunto con la compañía francesa Pernod Ricard, distribuidora del ron Havana Club, ha defendido su derecho de registrar esa marca en EE.UU., lo cual encontró respaldo en la decisión del Panel de Solución de Diferencias que falló contra el país norteño americano.
Sin embargo, los compromisos del Congreso en Washington con los magnates y politiqueros, son más fuertes -aseguró- que su responsabilidad de cumplimentar las decisiones del OSD y de respetar sus obligaciones ante la comunidad internacional y la OMC, afirmó la consejera cubana.
Cuba continuará exigiendo al gobierno de los Estados Unidos su deber jurídico y moral de derogar de inmediato la Sección 211 y de otorgar sin dilaciones la licencia que permita a Cubaexport renovar el registro de la marca Havana Club en ese país.
La declaración cubana fue apoyada por Angola, Argentina, Bolivia, Brasil, China, Ecuador, Nicaragua, República Dominicana, Venezuela y Vietnam.
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