Desde
que Cuba comenzó sus investigaciones para iniciar la perforación en busca de
petróleo en el Golfo de México, algunos Congresistas de Estados Unidos han
iniciado un grupo de acciones para impedir tal empeño, y como era de esperar,
Ileana Ros-Lehtinen encabeza la lista de los “muy preocupados”.
Pareciera
que todo marcha excelentemente bien en ese país que los legisladores
norteamericanos necesitan mirar a sus antiguas colonias, como en otras épocas,
cuando todo debía ser consultado con Washington y la más mínima desviación
recibía el regaño del poderoso.
La
prepotencia es tal que 34 congresistas han presionado a Repsol YPF para que
cancele sus planes de buscar crudo en aguas de la Isla, y claro, no falta la
amenaza, como se muestra en la carta enviada al presidente de esa compañía, en
la que se expresa textualmente: "Pedimos respetuosamente que Repsol
abandone todas las actividades de perforación petrolera que ha propuesto en
aguas de Cuba".
El
supuesto motivo de los “preocupados” en un posible accidente ecológico similar
al vertido de petróleo de BP en aguas norteamericanas del Golfo de México,
ocurrido el pasado año y catalogado como el mayor desastre de su tipo en la
extracción de petróleo en el mar.
Recordemos
que en junio de este año, Repsol respondió a una inquietud simular y mostró a
Estados Unidos documentación técnica y demás requisitos que cumpliría en
materia ambiental, como parte de esa “defensa del medio ambiente” que, si bien
es lógica, también tiene un trasfondo político y, sobre todo,
económico, que molesta a Estados Unidos.
Pero
avancemos en la carta enviada por los congresistas: “Cualquier operación de
perforación que Repsol lleve a cabo en aguas cubanas aportará un beneficio
financiero directo a la dictadura de Castro”.
Este
es el verdadero motivo de todas las preocupaciones. La cuestión ambiental
mostrada en los primeros párrafos de la misiva es solo un encubrimiento, una
máscara que salta a pedazos y que no resiste un serio análisis, porque detrás
de todas estas maniobras están los mismos intereses mezquinos de impedir que
Cuba se desarrolle, a pesar del bloqueo.
No
obstante, Repsol volvió a responder ahora sentenciando que cumple
“escrupulosamente” con la legislación sobre el bloqueo comercial, económico y
financiero impuesto a Cuba; y que también acata las leyes cubanas, muy
estrictas para ese tipo de operaciones, las cuales se realizarán con el más
alto estándar de calidad y seguridad.
Repsol
YPF opera aquí seis de los 20 bloques contratados a compañías de varios países,
de los cerca de 59 que el gobierno cubano ha dividido en los 112 kilómetros
cuadrados de su sector petrolero en el Golfo de México.
Según
diversas investigaciones, el archipiélago cubano podría tener más de 20 mil
millones de barriles de petróleo en aguas del Golfo de México. En estos
cálculos los expertos no se han puesto de acuerdo, pues otros, como los del
Servicio Geológico de Estados Unidos, estiman las reservas en unos 5 mil
millones de barriles.
En
lo que sí no tienen dudas los entendidos es en que existe petróleo, y esas
potencialidades posicionan a la
Isla en un lugar privilegiado y de interés para importantes
petroleras del mundo, como Repsol.
Cuba informó en mayo de
este año que la extracción de crudo llegará a los 4 millones de toneladas en
2011, en tanto construirá una
nueva refinería con capacidad para procesar unos 150 mil barriles de
petróleo, reafirmando su intención de continuar con el desarrollo de esta
industria.
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