¿Qué mejor regalo al Líder de la Revolución que poder comprimir en apenas unas cuartillas esas cualidades que lo han distinguido en su vida y obra al servicio de la causa de los pueblos?
Considero así acertado evocar a una figura relevante de la literatura, por demás, amigo entrañable del Comandante, Gabriel García Márquez, que con su elegante prosa describió a El Fidel que conocí.
Les sugiero esta propuesta a propósito del cumpleaños 85 del compañero Fidel:
Su devoción por la palabra, su poder de seducción y la virtud de buscar los problemas donde estén.
Los libros reflejan muy bien la amplitud de sus gustos.
Dejó de fumar para tener la autoridad moral para combatir el tabaquismo.
Paciencia invencible. Disciplina férrea. La fuerza de la imaginación lo arrastra a los imprevistos.
Tan importante como aprender a trabajar es aprender a descansar. Fatigado de conversar, descansa conversando.
Escribe bien y le gusta hacerlo.
El mayor estímulo de su vida es la emoción al riesgo.
La tribuna de improvisador parece ser su medio ecológico perfecto.
Los libros reflejan muy bien la amplitud de sus gustos.
Dejó de fumar para tener la autoridad moral para combatir el tabaquismo.
Paciencia invencible. Disciplina férrea. La fuerza de la imaginación lo arrastra a los imprevistos.
Tan importante como aprender a trabajar es aprender a descansar. Fatigado de conversar, descansa conversando.
Escribe bien y le gusta hacerlo.
El mayor estímulo de su vida es la emoción al riesgo.
La tribuna de improvisador parece ser su medio ecológico perfecto.
José Martí es su autor de cabecera y ha tenido el talento de incorporar su ideario al torrente sanguíneo de una revolución marxista.
La esencia de su propio pensamiento podría estar en la certidumbre de que hacer trabajo de masas es fundamentalmente ocuparse de los individuos.
Tiene un idioma para cada ocasión y un modo distinto de persuasión según los distintos interlocutores. Sabe situarse en el nivel de cada uno y dispone de una información vasta y variada que le permite moverse con facilidad en cualquier medio.
Nadie puede ser más obsesivo que él cuando se ha propuesto llegar a fondo a cualquier cosa.
No hay un proyecto colosal o milimétrico, en el que no se empeñe con una pasión encarnizada.
La esencia de su propio pensamiento podría estar en la certidumbre de que hacer trabajo de masas es fundamentalmente ocuparse de los individuos.
Tiene un idioma para cada ocasión y un modo distinto de persuasión según los distintos interlocutores. Sabe situarse en el nivel de cada uno y dispone de una información vasta y variada que le permite moverse con facilidad en cualquier medio.
Nadie puede ser más obsesivo que él cuando se ha propuesto llegar a fondo a cualquier cosa.
No hay un proyecto colosal o milimétrico, en el que no se empeñe con una pasión encarnizada.
Las reiteraciones son uno de sus modos de trabajar.
Su más rara virtud de político es esa facultad de vislumbrar la evolución de un hecho hasta sus consecuencias remotas...pero esa facultad no la ejerce por iluminación, sino como resultado de un raciocinio arduo y tenaz.
Desayuna con no menos de 200 páginas de noticias del mundo entero. Durante el día le hacen llegar informaciones urgentes donde esté, calcula que cada día tiene que leer unos 50 documentos, a eso hay que agregar los informes de los servicios oficiales y de sus visitantes y todo cuanto pueda interesar a su curiosidad infinita.
Las respuestas tienen que ser exactas, pues es capaz de descubrir la mínima contradicción de una frase casual.
Es lector habitual de temas económicos e históricos. Es un buen lector de literatura y la sigue con atención.
Su táctica maestra es preguntar sobre cosas que sabe, para confirmar sus datos. Y en algunos casos para medir el calibre de su interlocutor, y tratarlo en consecuencia. No pierde ocasión de informarse.
Desayuna con no menos de 200 páginas de noticias del mundo entero. Durante el día le hacen llegar informaciones urgentes donde esté, calcula que cada día tiene que leer unos 50 documentos, a eso hay que agregar los informes de los servicios oficiales y de sus visitantes y todo cuanto pueda interesar a su curiosidad infinita.
Las respuestas tienen que ser exactas, pues es capaz de descubrir la mínima contradicción de una frase casual.
Es lector habitual de temas económicos e históricos. Es un buen lector de literatura y la sigue con atención.
Su táctica maestra es preguntar sobre cosas que sabe, para confirmar sus datos. Y en algunos casos para medir el calibre de su interlocutor, y tratarlo en consecuencia. No pierde ocasión de informarse.
Su visión de América Latina en el porvenir, es la misma de Bolívar y Martí, una comunidad integral y autónoma, capaz de mover el destino del mundo.
El país del cual sabe más después de Cuba, es Estados Unidos.
El país del cual sabe más después de Cuba, es Estados Unidos.
Lo he oído en sus escasas horas de añoranza a la vida, evocar las cosas que hubiera podido hacer de otro modo para ganarle más tiempo a la vida.
Así es el compañero Fidel Castro Ruz, quien arriba este 13 de agosto a los 85 años de vida y a quien los cubanos admiramos por su espíritu incansable y sus grandes esfuerzos a favor de la humanidad.
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