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jueves, 1 de julio de 2021

Abdala por el callejón del viejo Pito

                                      

El misterioso callejón del viejo Pito, prolongacón de la calle Novena, en el Consejo Popular Sur de la ciudad de Morón, apenas es transitado por campesinos y residentes de unas pocas viviendas dispersas, entre  áreas sembradas de viandas, hortalizas, tierras en proceso de preparación, potreros y árboles frutales.

Saltando charcos de agua, se aproxima en su bicicleta Gerardo García Alemán, conocido en la barriada como El Chino, quien diariamente transita por ese callejón rumbo a un pequeño sitio donde cultiva plátanos, calabaza, habichuela y otras variedades. Hoy su regreso fue mucho antes de la hora acostumbrada, porque su delegada Milagro Pérez, lo citó al Consultorio del Médico de la Familia número Siete, para la aplicación de la vacuna Abdala.
                                                    
"Me cuido mucho para no contagiarme, pero no he dejado un solo día de olvidarme de la guataca, porque  bien lo dijo Díaz-Canel, la Soberanía Alimentaria es prioridad. Pienso que al que le tocó, le tocó, porque hay una realidad, por mucho que uno corra, la Covid-19 lo alcanza", comenta con cierto apuro para llegar puntual a su consultorio.

"Cuando llego a la casa es que conozco lo que dijo Durán, porque antes de sacudirme el polvo del camino pregunto, cuántos hoy?, y  casi siempre la respuesta es: uhhh 60 y pico. Y yo respondo: ¡candela!.

Hoy El Chino conoce que demorará un rato en el consultorio,  en la espera, en  los datos personales que hay que registrar, en la aplicación de la vacuna y luego una horas más en la recuperación. "No tengo apuros, lo importante es esa inyección", comenta.

Por el callejón del Viejo Pito otras familias se acercan al consultorio, concientes de que la vacunación los apartará del peligro de la pandemia.

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