Una fatídica noticia causó conmoción en la prensa cubana: falleció Francisco Blanco Ávila, por todos conocido como Blanco —así firmaba sus obras—, uno de los más connotados caricaturista, historietista y periodista cubano de entre milenios.
Sus creaciones gráfica, alcanzaron gran resonancia entre los lectores cubanos que aún recuerdan sus series con intención didáctica Matilda y sus amigos, Pol Brix contra el ladrón invisible, Los siete samuráis del 70, Trucutuerca y Trescabitos, Garabatos deportivos, Grandes aventuras del mar (revista Mary Pesca), Pase usted al campismo, Pitifeo y sus amigos y Ay, vecino, mantenida desde el año 1967 en Palante .
También fue fundador y editor de las revistas de historietas Cómicos, LPV, Pablo, La Calle y Mi Barrio. Entre sus libros más solicitados se encuentran Pequeño mataburros humorístico ilustrado, El Caballero de París, la leyenda que camina, K-milo 100 fuegos, criollo como las palmas, Bolívar en Martí y 5 años, 5 meses y 5 días. Los tres últimos a cuatro manos con su hijo.
En su amplísimo currículo sobresalen cerca de 30 exposiciones personales, 22 libros, infinidad de diseños gráficos, dibujos e ilustraciones en disimiles publicaciones y por lo menos 40 premios en concursos, salones y bienales nacionales e internacionales.
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