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martes, 16 de abril de 2013

Editorial del Periódico Granma: Avanzan los acuerdos y crecen la responsabilidad y la exigencia

- Expresión de ese histórico Congreso es también la política bancaria del país
- Han sido dos años de duro bregar y de compromiso con el pueblo
"La actualización del modelo económico no es un milagro que pueda obrarse de la noche a la mañana, como algunos piensan; su despliegue total se logrará gradualmente en el transcurso del quinquenio, pues es mucho el trabajo de detalle, planificación y coordinación, tanto en el plano jurídico como en la preparación minuciosa de todos los que intervengan en su ejecución práctica".

Así se expresó el General de Ejército Raúl Castro Ruz, Primer Secretario del Partido, el 19 de abril del 2011, hace dos años, al clausurar el Sexto Congreso del Partido, que aprobó los Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución.



El país se ha movido en estos 24 meses al ritmo de la exigencia que emanan de esos acuerdos. El carácter transversal de lo aprobado ha hecho posible que en este periodo, de una forma u otra, los 12 capítulos de los Lineamientos hayan tenido una expresión en la vida de la sociedad.

Y lo ha hecho en un escenario internacional que continúa gravitando fuertemente sobre la nación, con un bloqueo intacto en su cruel y genocida política de asfixia comercial y financiera por parte de la nación más poderosa del planeta, en un mundo donde el acceso a los créditos se nos hace complejo y en medio de una crisis mundial económica financiera, generada por el mismo imperio, y que no tardó en llegar a convertirse en un despiadado ataque a la seguridad alimentaria, medioambiental, energética, en fin, al derecho más elemental de los seres humanos, la vida. En el plano interno, aun cuando se avanza, persiste nuestra incapacidad exportadora, lo cual complejiza más esos efectos.

No se podría hablar de estos dos años sin mencionar el rol desempeñado por la Comisión Permanente para la Implementación y Desarrollo de los Lineamientos que, como se le encargó, ha conducido armónicamente los esfuerzos y acciones de los organismos y entidades nacionales involucrados en la actualización del modelo económico, para lo cual ha tenido el apoyo del Ministerio de Economía y Planificación. En el mismo sentido, las sesiones de la Asamblea Nacional les otorgaron carácter legislativo a los acuerdos del Congreso al ser debatidos y aprobados en su seno los Lineamientos, ratificando la voluntad de la dirección del Partido de que los acuerdos de sus congresos no se convierten por sí mismos en leyes, pues le compete al Gobierno, que es quien administra, regular su implementación.

El proceso de actualización del modelo económico ha impulsado en el periodo de estos dos años transcurridos los acuerdos del evento partidista.

El programa de desarrollo del ferrocarril; la compra y venta de viviendas y de vehículos automotor; el avance e incremento del trabajo por cuenta propia, incluyendo la más reciente medida del arrendamiento de locales gastronómicos estatales; la entrada en vigor de la venta de los productores a entidades turísticas de productos agropecuarios; las 17 medidas que modifican y actualizan el funcionamiento de las UBPC, poniéndolas en igualdad de condiciones con el resto de las formas productivas; el Decreto Ley 300 modificativo del anterior 259 para la entrega de tierras en usufructo, son algunas de las expresiones de que lo acordado no es letra muerta, ni va a parar a una gaveta.

De igual manera es ilustrativo el despliegue de otras acciones como son la aprobación de las normas jurídicas para darle respaldo a lo que se implementa, de lo cual no solo es muestra lo anterior, sino también las cooperativas no agrícolas, que en número de 126 ya se pusieron en práctica; el nacimiento de las Organizaciones Superiores de Desarrollo Empresarial, que no solo perfeccionan la actividad en ese sector, sino que dinamizan desde el empresariado cubano la actividad económica en la producción de bienes y servicios; la reestructuración de los organismos centrales del Estado, a partir del diseño de una mejor y más racional estructura organizativa, ambas soportando la delimitación de las funciones estatales de las empresariales.

Expresión de ese histórico Congreso es también la política bancaria del país y una de sus manifestaciones fue la entrada en vigor desde diciembre del 2011 del Decreto Ley 280 que da la posibilidad al acceso de créditos a las figuras naturales, que al priorizar, entre otras actividades, la construcción de viviendas, ha servido de importante y decisivo puntal para el otorgamiento de los subsidios, con ese mismo objetivo, para aquellos más necesitados, cual expresión nítida del principio fundacional de nuestra Revolución y de ese Sexto Congreso de que nadie quedará desamparado. También lo es el sistema tributario, cuya Ley 113 a partir del pasado 1 de enero busca una mejor distribución de las riquezas que genera el país.

En estos dos años se le ha dado un vuelco al papel que en materia de ordenamiento significa la planificación física; no se ha descuidado ni un ápice el estado de las finanzas externas del país y crece el prestigio de la nación en este sentido al honrar cada uno de sus compromisos obrando con seriedad y ya con resultados.

Sin dudas, un paso trascendental en toda la gestión de planeamiento y organización del país, con toda la integralidad necesaria, es la elaboración de las bases para el Programa de Desarrollo Económico y Social a largo plazo, que incluirá la definición de indicadores y metas precisas a alcanzar hasta el 2030.

Otro de los principales acuerdos del evento partidista fue la realización en enero del 2012 de la Primera Conferencia Nacional del Partido, la cual se desarrolló sobre la base de valorar con realismo y espíritu crítico la labor de la organización, así como la precisión de las transformaciones requeridas para ejercer el papel de fuerza dirigente superior de la sociedad y el Estado, que le corresponde en virtud del artículo cinco de la Constitución de la República.

Concepto medular de ese cónclave fue, y es aún, el empeño principal en estos dos años transcurridos, el cambio de mentalidad que, como expresará el Primer Secretario, "es lo que más trabajo nos llevará superar al estar atada durante largos años a los mismos dogmas y criterios obsoletos".

El compañero Raúl, aquel 19 de abril del 2011, nos dijo: "Es preciso que de inmediato nos concentremos en hacer cumplir los acuerdos de este Congreso, bajo un denominador común en nuestra conducta: el ORDEN, la DISCIPLINA y la EXIGENCIA.

Aunque falta camino por recorrer, si algo ilustra la aplicación de esos tres vocablos es el avance en el tema de las cuentas por cobrar y por pagar, el cual evidenció un salto cualitativo de diciembre del 2011 a diciembre del 2012, si bien se requiere de continuo seguimiento a este aspecto y de un mayor avance por las incidencias negativas que sobre la economía crean las cadenas de impagos.

Está en pleno desarrollo la experiencia de Artemisa y Mayabeque como parte del perfeccionamiento de los órganos del Poder Popular, que responde, entre otras, a la necesidad de encontrar fórmulas que permitan una mejor delimitación de las atribuciones y relaciones de las Asambleas Provinciales y sus Consejos de la Administración con los organismos de la Administración Central del Estado y las unidades presupuestadas y empresariales ubicadas en su territorio, así como potenciar una mayor autonomía de los municipios.

A la par se despliega la política de cuadros que garantice el cumplimiento de todo lo que tenemos por delante; fruto de la estrategia concebida es el rejuvenecimiento del Comité Central electo hace dos años, de la recién constituida Asamblea Nacional del Poder Popular y su Consejo de Estado, instancias en las cuales de igual manera se avanzó en la presencia de las mujeres y los negros en los principales órganos decisorios del país. A lo anterior se suma la creación de la Escuela Superior de Cuadros del Estado, de cuyos cursos han egresado ya cientos de compañeros.

En estos 24 meses, cumpliendo lo aprobado, el Comité Central electo ha chequeado dos veces al año los acuerdos de su Sexto Congreso y, de la misma manera, mensualmente, de manera operativa y estratégica se hace en las sesiones ampliadas del Consejo de Ministros, dándoles a ambos espacios un reflejo publico en los principales medios de prensa del país.

Han sido dos años de duro bregar y de compromiso con el pueblo, autor de la propuesta de esos acuerdos, pues fue la sociedad toda la que se reunió entre el 1 de diciembre y el 28 de febrero en 163 mil 70 reuniones, con 8 millones 913 mil 838 participantes, que realizaron 3 millones 10 mil 471 intervenciones, para analizar el proyecto de entonces 291 lineamientos que, finalmente, teniendo en cuenta esa democrática expresión, terminaron en los 313 aprobados. Ha sido un proceso que tuvo su antecedente el 26 de julio del 2007, en Camagüey, cuando la dirección de la Revolución convocó al pueblo a expresar sus inquietudes con vistas a diseñar el futuro de la Patria y la respuesta fueron más de cuatro millones de planteamientos, esencia de muchos de los acuerdos del Sexto Congreso.

Como subrayó el compañero Raúl el pasado 2 de abril durante la última reunión del Consejo de Ministros: "Si hacemos un análisis del camino recorrido podemos darnos cuenta de que se avanza a buen ritmo, pues la magnitud y complejidad de los problemas no permite que podamos resolverlos de un día para otro. Tenemos que resistir a las presiones de quienes insisten en que debemos ir más rápido", valoró.

Ahora estamos en un mejor momento —dijo también el Presidente cubano—, el Programa del Partido nos ha ayudado a trabajar con más orden y disciplina. Hemos logrado un estrecho vínculo entre las Directivas del Plan y el Presupuesto con el proceso de implemementación de los Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución.

A pesar de los resultados, no estamos conformes. Las tareas que nos quedan por delante serán las más complejas, las de mayor importancia e impacto en la actualización del modelo económico cubano. Es por eso que, en la práctica, el VI Congreso no ha concluido. Aquella exhortación de ¡Ahora, a trabajar!, hecha por el compañero Raúl hace dos años al término de las sesiones en el Palacio de Convenciones, no deja lugar a dudas.

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