Blas Martínez Rojas se considera el más pequeño de los periodistas del país, con una estatura aproximada de 1,5 metros, y deformaciones en sus extremidades que lo han mantenido con limitaciones para el desempeño de muchas actividades.
Sin embargo, cierto día acogió con orgullo la propuesta de la UJC de convertirse en corresponsal juvenil, y así recibió un seminario de capacitación cuando apenas era un estudiante de secundaria básica, lo que le sirvió de boleto para ingresar como alumno de la Escuela Provincial de Corresponsales Ángel Boan Acosta de Camagüey .
“Allí comprendí que la empresa que tenía por delante no era fácil de asumir, con tantas limitaciones para caminar”, reconoce Blasito, como cariñosamente le llaman sus colegas.
Recuerda que al terminar esos estudios se le encomienda la mayúscula misión de asumir la corresponsalía del periódico Juventud Rebelde en el actual territorio de Ciego de Ávila, con un período de preparación en una escuela de corresponsales que tenía ese órgano en la capital del país.
Fue Blas Martínez durante siete años el corresponsal de Juventud Rebelde que atendía el territorio central, desde Jatibonico hasta Holguín, donde se concentraba la naciente Columna Juvenil del Centenario, devenida en Ejército Juvenil del Trabajo.,
El diálogo con este reportero ya jubilado se hace cada instante más emotivo: “ tengo muchas anécdotas porque viví muchos momentos singulares en el ejercicio del periodismo, ” y recuerda las caravanas de la Vuelta Cultural a Cuba, la Operación Mambí, las visitas de brigadas Nórdicas y recorridos importantes que se efectuaban por estas provincias.
Martínez Rojas también incursionó en la radio como periodista de Radio Morón, donde llegó a ser Jefe de Redacción Informativa, por su amplia experiencia y cabal dominio de las técnicas.
“Cuando el entrevistado era de estatura alta, tenía mis dificultades, pero entonces tuve la iniciativa de valerme de un micrófono con una varilla deslizante, para poder captar mejor sus expresiones”, nos cuenta.
Bien puede considerarse como un ejemplo de la fuerza de la voluntad y la perseverancia y merecidos son sus reconocimientos, como la distinción Félix Elmuza que otorga la Unión de Periodistas de Cuba, sellos y diplomas por el trabajo destacado como periodista de diferentes medios de prensa, premios en concursos y candidato al Premio Orlando Castellanos Por la Obra de toda la Vida.
Blas Martínez Rojas, aunque pequeño de estatura, es un gigante del periodismo revolucionario.
A Blas lo conocí cuando entró a formar parte de Juventud Rebelde, genio y figura de pies a cabeza. Su espíritu, iniciativa y locuacidad lo hicieron superar todas las barreras. De él conservo innumerables anécdotas, vivencias. Le deseo éxitos y salud.
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